USO DE INTERNET: CUANDO ESTO SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA.

El uso de internet se ha extendido ampliamente y es muy prevalente entre los jóvenes. Por un lado, conecta a las personas sin importar la distancia, y por otro, ha irrumpido con fuerza en el ámbito escolar, generando una renovación de la educación: facilita la búsqueda de información, posee conocimientos compartidos a escala mundial, minimiza el tiempo de envío de documentos a cualquier destino, ha permitido el desarrollo de comunidades virtuales interesadas en diversos temas, etc.

Es innegable el valor de internet como un método relevante para aumentar las oportunidades de los adolescentes en el aprendizaje y en la relación con otros, pero también hay preocupación por los efectos adversos a largo plazo de su uso excesivo. Se ha visto que éste (especialmente redes sociales y videojuegos), se ha asociado con menor tiempo dedicado a actividades prosociales y a tareas académicas; por lo que los adolescentes que usan excesivamente internet tienen menor rendimiento académico, menos actividad física, mayores niveles de desensibilización a la violencia y a la conducta agresiva, y mayores niveles de desentendimiento de la sociedad. Además están más expuestos a ciberbullying, a la pérdida de privacidad, contacto con desconocidos, aislamiento, grooming (seducción de niños por parte de adultos a través de la red), etc.

¿Cuál es entonces, el límite entre el uso saludable y riesgoso? El uso problemático puede definirse como una excesiva preocupación por internet que resulta en una desadaptación psicosocial, dificultades académicas y problemas de salud física (alteración del sueño, dolor de espalda, cefaleas, malos hábitos alimentarios, etc). Se manifiesta a través de las siguientes características:

1) uso excesivo de internet, con pérdida de la noción de tiempo o negligencia de necesidades básicas (comer, dormir, aseo personal, etc)

2) falta de interés en cualquier otra actividad

3) “abstinencia”, con sentimientos de rabia, tensión, depresión y ansiedad cuando internet no está disponible

4) pensamientos obsesivos, incluyendo una necesidad constante de mejor equipamiento computacional, mejor software y necesidad de pasar más y más tiempo en internet.

5) sensación de inadecuación, inseguridad, baja autoestima, problemas relacionales, trastornos del ánimo, ansiedad, descontrol de impulsos (que pueden a la vez ser causa y consecuencia del uso problemático de internet)

6) consecuencias negativas, incluyendo discusiones, mentiras para ocultar el uso, pobres logros académicos, aislamiento social y fatiga.

¿Por qué algunas personas caen en estas conductas y otras no? Se sabe que la adolescencia es una etapa especialmente vulnerable a la instalación de conductas adictivas, debido a la maduración puberal, desarrollo cerebral, sensibilidad a los estímulos, la expansión del ambiente social de pares y cambios en las relaciones entre padres e hijos. En cuanto a esto último, estudios muestran que los adolescentes con uso problemático de internet perciben a sus padres como poco cálidos, intrusivos, rechazadores y castigadores.

Algunos adolescentes pueden buscar en la red, refugio de la soledad y de los conflictos a los que se enfrentan en la realidad. El uso problemático de internet puede ir evolucionando hasta no obtener satisfacción en el contacto afectivo humano, a menos que éste que provenga de la pantalla. Este tipo de relaciones sociales son más fáciles de establecer porque hay mayor acceso, de bajo costo (se realiza de manera sencilla, desde el mismo hogar) y están protegidas por el anonimato: escondiendo su propia identidad los adolescentes se sienten seguros en el mundo virtual.

Asimismo, las personas que son emocionalmente más desreguladas y con pobre control de impulsos, tienen mayores probabilidades de comprometerse en conductas adictivas, en un intento de escapar o minimizar los sentimientos negativos y/o para tratar de obtener alivio de su incomodidad emocional. Por lo tanto, el uso problemático de internet podría ser signo de otras dificultades a nivel socioafectivo, que estén a la base.

¿Qué podemos hacer para prevenir el uso problemático de internet?

– Establecimiento de límites y normas en relación a su uso: reducir el tiempo que se pasa conectado, dependiendo de la edad (máximo 2 horas al día), que no interfiera con el sueño y otras actividades cotidianas.

– Proveer una navegación segura: control activo de los contenidos potencialmente peligrosos (violencia, contenido sexual, contacto con desconocidos en redes sociales)

– Asegurarse de que los niños y adolescentes mantengan interacciones en la vida real: amistades, pasatiempos, salidas.

– Práctica regular de actividad física

– Fortalecer autoestima, las habilidades de regulación emocional y asertividad. Además de promover relaciones familiares cálidas y compartir actividades significativas.

Internet no debe ser demonizado: es una gran herramienta en la actualidad. Su excesivo uso es negativo, como sucede habitualmente con todo tipo de conductas. No todos los jóvenes que usan internet en su tiempo libre, incluso por largos periodos de tiempo, presentan deterioro de otras actividades. Estar consciente de cómo usar apropiadamente la tecnología y supervisar el uso que le dan los niños y adolescentes es esencial, y así se podrán aprovechar, en forma segura, todos los beneficios que tiene internet.

Dra. Viviana Egaña Q.

Psiquiatra Infanto Juvenil