SUICIDIO ADOLESCENTE: ¿CÓMO PREVENIRLO?

La conducta suicida se refiere a aquella preocupación, intento o acto que intencionalmente busca el daño a sí mismo o la propia muerte. Se da en un continuum que pasa por la ideación (pensamientos sobre provocarse autoagresiones o la muerte), el intento (acciones mediante las cuales la persona puede provocarse la muerte) y suicidio consumado. Sabemos que el suicidio en Chile es una de las principales causas de muerte de la población adolescente y que su prevalencia va en aumento. Ocurre más de lo que queremos creer, ocurre más de lo que debería…

Las conductas suicidas tienen un origen multicausal, donde existen factores de riesgo como: psicopatología (depresión, abuso de sustancias, agresividad e impulsividad), antecedentes familiares de suicidio, violencia intrafamiliar y acceso a métodos (armas, medicamentos, etc); los que se conjugan con factores precipitantes como lo son los eventos estresantes (maltrato, rechazo, rupturas, duelos, bullying, etc). Es importante destacar que la conducta suicida no ocurre porque sí, habitualmente se encuentra a la base un trastorno de la salud mental, que confiere una vulnerabilidad que impide resolver los conflictos: lo anterior puede llevar al adolescente a creer que la solución está en suicidarse.

En este sentido, la depresión es una de las psicopatologías que más se asocia a suicidio. Se caracteriza por una alteración del ánimo (bajo o irritable), asociado a pensamientos negativos sobre sí mismo y sobre el mundo, desesperanza, alteración del sueño y del apetito lo que interfiere en forma significativa con el funcionamiento y el desarrollo normal del niño o adolescente. A veces, estos cuadros pueden pasar desapercibidos para los adultos o bien, se confunden con problemas conductuales, lo que puede implicar que no se genere un ambiente acogedor y contenedor, sumergiendo al niño o adolescente en una mayor soledad.

Otro factor de riesgo es cuando un adolescente vulnerable se expone a imágenes o conductas de autoeliminación cometidas por pares; esto aumenta la probabilidad de que imite dichas conductas. De esta manera, organismos internacionales se preocupan de la influencia de los medios de comunicación y recomiendan el tratamiento cuidadoso de estos temas: la prensa tiene la responsabilidad ética de no informar en detalle cuando ocurren estos casos, y por eso no lo vemos tan a menudo en periódicos o televisión.

En las últimas semanas hemos sido testigos del revuelo que causaron un juego y una serie de Netflix. El juego “La Ballena Azul” se ha vuelto viral y desde Europa ha ido extendiéndose a los demás países; consiste en una serie de desafíos que se imponen a los adolescentes y que los llevan hasta el límite: realizarse autoagresiones, privación de sueño, conductas de riesgo, etc., por 50 días, y el último paso es el suicidio. Por lo tanto, es de suma importancia estar atentos a lo que los hijos ven en internet. Por otro lado, y con una motivación completamente diferente, está la serie “13 Reasons Why” (13 Razones del Por Qué) que nos revela los últimos sucesos de la vida de una adolescente que finalmente se suicida; serie que puede haber sido creada para visibilizar este problema, sin embargo, lo expone como la única salida posible, mostrando a la familia como una entidad que no tiene la capacidad de ayudar. Por esto, es necesario que si un adolescente desea ver esta serie, lo haga en compañía de sus padres, y que se pueda discutir y orientar sobre las temáticas que aparecen, ya que no sólo se aborda el suicidio, sino también el bullying y el abuso sexual, con imágenes explícitas.

Existen también factores protectores que se deben potenciar como que el adolescente sienta que la propia vida tiene sentido y que es importante para los otros, confianza en sí mismo y en los éxitos alcanzados, habilidades sociales, estar abierto a recibir ayuda, relaciones familiares amorosas, integración al grupo de pares, capacidad de reconocer los aspectos positivos de la vida, capacidad de resolución de conflictos, redes de apoyo, etc.

La depresión y las conductas suicidas son cuadros que se pueden tratar y es responsabilidad de todos ayudar a prevenir.

¿Qué pueden hacer los padres frente a situaciones de este tipo?

• Detectar a tiempo cambios en estado de ánimo o conductas del adolescente. Por ejemplo: que llore todo el tiempo sin motivo, que esté muy irritable, que no pueda dormir o que duerma mucho, que se aísle de sus amigos, que tenga conductas de riesgo (beber alcohol, consumir drogas, quedarse hasta tarde fuera de la casa), que no haga cosas que antes le gustaba hacer, etc.

• Crear espacios donde se pueda escuchar a los hijos y ellos se sientan acogidos. Preguntar si algo pasa y en qué forma se les puede ayudar. Si el adolescente manifiesta ideas de querer morir, no subestimar, no pensar que está exagerando o que está tratando de llamar la atención. Expresarle que lo van a acompañar, que se le va a proteger y ayudar. Esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.

• Propiciar una relación afectiva y acogedora dentro del ámbito familiar.

• Mostrar lo valioso e importante que es para los padres.

• Crear espacios donde se puedan evaluar distintas alternativas ante los problemas y apoyar directamente la solución de algunos de ellos.

• Asegurarse de que el adolescente siempre tenga a quién acudir, alguien en quien confiar. Puede ser alguien de la familia, pueden ser amigos, profesores, etc.

• Mantener la casa como un lugar seguro (por ejemplo, medicamentos bajo llave)

• Si usted siente que su hijo(a) se podría hacer daño, no lo deje solo, llévelo a un servicio de urgencia. Si usted nota un comportamiento evidente de querer quitarse la vida, como por ejemplo la existencia de planificación de actos específicos para ello, que tenga fácil acceso a objetos o sustancias letales, que manifieste impulsividad, desesperanza, o realice actos de despedidas con las personas, lleve a su hijo a consultar con psiquiatra en forma urgente, no espere.

• Supervise que se cumplan las indicaciones médicas.

Dra. Viviana Egaña Quintana

Psiquiatra Infanto-Juvenil