LA NUEVA SUPERWOMAN

Durante los últimos años ha habido un aumento de las consultas psicológicas y psiquiátricas de madres. Mamás con niveles de estrés alto y con sintomatologías variadas, desde cambios conductuales (impulsividad, reactividad y conductas agresivas, entre otras), cambios emocionales (como frustración, irritabilidad y agresividad), hasta problemas médicos (dolores de cabeza, estómago, enfermedades autoinmune, etc.). Esto ha hecho que como profesionales de la salud mental nos preguntemos qué está pasando con ellas.

Una expresión que se repite cuando la madre de un lactante (con la sintomatología descrita anteriormente) acude es “creo que estoy con depresión postparto”. Muchas veces podríamos decir que la madre cumple con los criterios de depresión postparto (llanto, culpabilidad, labilidad emocional, sentimiento de incapacidad frente al cuidado del niño, etc.), por lo que efectivamente realizó un buen autodiagnóstico. Por otro lado, acuden madres con hijos de diversas edades (preescolares, escolares, adolescentes) con sintomatología parecida. Estas madres expresan cansancio, miedo a no cumplir bien sus responsabilidades, culpabilidad, temor y rabia. Además, mencionan estar más irritables y susceptibles a cualquier comentario, lo que las hace reaccionar de manera impulsiva y agresiva. Por otra parte, acuden madres que no manifiestan o describen ninguna dificultad personal, pero sí de sus hijos, como problemas conductuales y emocionales. Frente a esto, llama la atención que cuando se comienza a investigar se descubre que la madre también posee sintomatología parecida a la de sus hijos.

Un factor o variable que se repite en estas madres es que creen tener mil brazos y mil piernas, creen tener la capacidad de tele transportarse, es decir, de estar en varias partes al mismo tiempo y creen tener el poder para solucionar cualquier problema o impasse. Asimismo, creen poder hacer de todo y ser multifuncionales. Estas mamás son las que podemos llamar “SUPERWOMAN”.

Las exigencias de la vida diaria tienen un efecto poderoso, transformando a una mujer común y corriente en una mujer que cree ser Superwoman. Pero la realidad es otra, no poseen súper poderes, ni nada parecido. Son mujeres, seres humanos con gran capacidad de desarrollo, adaptación y sobrevivencia, pero nada más.

Cómo esperar que un ser humano no se “enferme o accidente” si realiza proezas que sólo un súper héroe podría realizar. Cada vez es más común que lleguen a nuestra consulta estas mamás súper héroes, que expresan un malestar general e irritabilidad acompañados de culpabilidad por conductas explosivas hacia sus seres queridos. O por el contrario, acuden mamás que expresan malestar por sus hijos que poseen problemas conductuales y emocionales, pero indagando uno puede descubrir que también son unas Superwoman.

Las Superwoman poseen otra característica, no saben, no pueden o no quieren pedir ayuda. Son mujeres que poseen la percepción de poder hacerlo todo o que nadie lo va hacer mejor que ellas, por lo que no quieren pedir ayuda. Otras veces no saben pedir ayuda, creen que están solas y que no poseen redes o recursos, que las podrían acompañar en sus tareas diarias. Estas personas no saben que siempre hay alguien que puede ayudar. Un recurso importantísimo para sobrevivir en el mundo es poder reconocer nuestras redes y saber cómo ocuparlas.

Es necesario que las Superwoman se reconozcan como tales, para poder prevenir sintomatología en ellas y también porque muchas veces los hijos se comportan como “espejo”, adquiriendo sintomatología (problemas conductuales, emocionales y sociales) para reflejar que algo no anda bien en la mamá.El gran problema de las Superwoman es que como creen ser “Superwoman” pueden caer en la gran mentira de que ellas siempre están bien y es ahí cuando pueden aparecer los síntomas.

¿Cómo saber si se necesita ayuda? Cuando existe:

– Sentimiento de cansancio y agotamiento generalizado diariamente.

– Irritabilidad frecuentemente.

– Sobre reacciones.

– Agresividad y conductas explosivas.

– Sentimiento de culpa o incapacidad de realizar todas las responsabilidades diarias.

– Impulsividad a la hora de actuar.

– Estado de tristeza.

– Malestares físicos sin ningún factor biológico.

Lo importante no es ser o ser una Superwoman, sino reconocerse como tal para así “prevenir” futuras sintomatologías. Poder pedir apoyo cuando se necesita, saber que somos vulnerables y precisamente eso nos hace humanos. De esta manera, les estaremos enseñando a nuestros hijos el gran recurso que es “pedir ayuda”.

M. Francisca Cherniavsky.

Psicóloga