ESTIMULACIÓN TEMPRANA: IMPORTANCIA Y BENEFICIOS

Hoy en día, a raíz de los cambios y transformaciones en la sociedad, el mundo en que vivimos es cada vez más agitado y la sociedad moderna vive y se desarrolla de manera acelerada lo que, a nivel familiar, se traduce en una disminución del tiempo que los padres pasan con sus hijos.

El tiempo invertido en los primeros años de vida de los niños es fundamental, ya que los bebés cuentan con una serie de posibilidades de desarrollo y progreso, que podrán lograr en la medida que reciban la estimulación necesaria. Desde el nacimiento hasta los 3 años de edad el desarrollo neuronal de los bebés alcanza su nivel máximo, el cerebro tiene como una de sus principales características la “plasticidad”. Es por esto que las primeras experiencias en la vida de un niño permanecen para siempre, siendo de suma importancia y a la vez beneficioso atender a los estados emocionales de los bebés, mediante la promoción de la estimulación temprana de los pequeños y el contacto satisfactorio y de calidad  entre el cuidador y el bebé.

La estimulación temprana comprende un conjunto de acciones que proporcionan al niño las experiencias que necesita desde el nacimiento, para desarrollar al máximo su potencial y sus capacidades tanto físicas, emocionales, sociales y de aprendizaje. Esto se logra a través de la repetición de estímulos adecuados mediante acciones, ejercicios, juegos o presentación de objetos que generen en el niño una buena relación con su medio ambiente y faciliten el aprendizaje. Para lograr esto, es esencial contar con el rol activo de ambos padres o cuidadores principales.

Los cuidadores son el pilar fundamental en el desarrollo primario del bebé, y son ellos mismos los responsables de proveer y facilitar la estimulación temprana con el bebé, en su relación diaria. Es aquí donde radica la importancia de la familia o los cuidadores principales, ya que es mediante la participación activa de éstos que se logrará fortalecer la promoción del desarrollo sano e integral, ya que son ellos los encargados de potenciar las habilidades del niño y a raíz de eso, incrementar el vínculo emocional.

La palabra estimular significa incitar o invitar a la ejecución de una cosa; por lo que la estimulación temprana se centra en entregarle al niño desde su nacimiento, la atención, los cuidados, los conocimientos, la ayuda y las experiencias necesarias para un adecuado desarrollo posterior.

El objetivo de esta estimulación precoz, es potenciar al máximo las posibilidades físicas e intelectuales del niño mediante intervenciones que se lleven a cabo en todas las áreas sensoriales (tacto, gusto, olfato, audición y visión). Es por esto que la estimulación temprana sistemática y de calidad garantiza en el bebé la adquisición de diferentes niveles de desarrollo, ya sea en el área psicomotriz, de movimiento, coordinación, lenguaje y socialización.

Al estimular a un bebé, le estamos abriendo un abanico de oportunidades y de experiencias que le harán explorar, adquirir destrezas y habilidades a temprana edad, a través del juego libre y del ejercicio de la curiosidad, la exploración y la imaginación. Todo niño nace con la necesidad de aprender y explorar, por lo que cualquier estimulación que se le brinde tendrá más impacto en su crecimiento cerebral que en cualquier otra etapa de la vida.

Los bebés por naturaleza tienen curiosidad por el medio ambiente que les rodea, el ver, tocar, sentir, oír y probar distintas cosas les ayuda a conocer y explorar el mundo.  Y es en las situaciones cotidianas del día a día en donde hay que estimularlos, ya sea mediante la presentación de objetos con diferentes colores o texturas, la repetición de sus propios sonidos, los masajes en sus extremidades, diversos ejercicios para fortalecer su cabeza y los juegos lúdicos, entre otros. A través del juego es como el bebé descubre y aprende, al mismo tiempo que va formando su personalidad y fortalece su autoestima. Enriquecerlos desde temprana edad a través de juegos, canciones, cuentos, gimnasia, abrazos, besos, caricias, masajes y sonrisas les permitirá estimular su cerebro y desarrollar su habilidad para pensar y fortalecer también los lazos de comunicación y amor con sus padres.

Beneficios de la estimulación temprana:

Ayuda a desarrollar y fomentar las funciones cerebrales de los bebés mediante juegos y ejercicios repetitivos en el área intelectual, física y afectiva.

Estimula el proceso de maduración y de aprendizaje en las áreas: intelectual, afectiva, psicomotriz, de lenguaje y coordinación.

Contribuye a fortalecer la curiosidad, la exploración y observación para conocer e interpretar en mundo que le rodea.

Favorece el apego y los lazos afectivos entre los padres y el bebé.

Es fundamental saber que nunca hay que forzar los ejercicios estimuladores, por lo que si el niño no quiere, se deja para otra oportunidad. Lo más importante es que la estimulación temprana debe entenderse como un juego, un momento lúdico y divertido para pasar con los hijos, donde pueden aprovecharse los momentos y las actividades diarias como la alimentación, el baño, el momento de vestirlos o los juegos.

Ps. Camila Domínguez