LOS NIÑOS Y EL ENOJO ¿CÓMO PROMOVER SU EXPRESIÓN ADECUADA?

Muchos niños tienen dificultades para expresar su enojo, ya sea porque adoptan una postura introvertida “amurrándose” o porque tienen conductas “explosivas” en donde pueden llegar a golpear a otros, gritar, llorar o incluso agredirse a sí mismos en casos más severos.

No existen emociones “buenas o malas”, todas cumplen una función adaptativa que nos hacen reaccionar al ambiente, permiten que el resto sepa cómo nos sentimos y enfrentarnos frente a un problema o algo que no nos gusta. Por esto mismo, es que debemos ayudar a los niños a expresar sus emociones de una manera adecuada, sobre todo el enojo, que muchas veces se tiende a ver como algo negativo. No se trata de suprimir la rabia o enojo del niño, sino que enseñarle a expresarlo, dándole las herramientas necesarias.

Algunos niños se muestran muy sensibles frente a la menor provocación, lo que hace que se enojen bastante rápido. Este comportamiento se puede observar desde pequeños lo que muchas veces tiene que ver con su temperamento sumado a cómo el ambiente reacciona frente a su enojo. Si no se le ayuda a canalizar su enojo, esta reacción podría mantenerse durante toda su vida, por lo que mientras antes se le enseñe, mejor será el pronóstico.

Es útil ayudarlos a verbalizar lo que sienten, por ejemplo: “veo que estás enojado porque no te resultó tu dibujo, intentémoslo de nuevo, yo te ayudo”. De esta manera, se le está ayudando al niño a poner en palabras la emoción que está sintiendo (enojo en este caso), lo que hará que pueda sobrellevarlo de una mejor manera. Es importante señalar que muchas veces no se observa un resultado inmediato, pero sí es una enseñanza importante a largo plazo.

En el caso de niños muy pequeños que aún no hablan, si golpean a otro niño se les puede decir con voz firme que eso no se hace (siempre manteniendo la calma), de modo que sepa que esa conducta no se espera de él. Siempre decirle la conducta que esperamos de él, como por ejemplo “a los amigos hay que cuidarlos haciéndoles cariño”. Si el niño se enoja cuando lo corregimos o por otra razón, nosotros podemos ponerle palabras a su enojo “veo que te enojaste porque te dije que no pegaras, a tu amigo le duele”, de modo que poco a poco vaya identificándolo, aunque aún no lo pueda verbalizar.

Muchas veces los niños golpean a otros niños o adultos. Frente a esto, es necesario conversar con el niño sobre cómo cree que el otro se sintió cuando le pegó y si a él le gustaría que otro niño le pegara y cómo se sentiría. Los niños pequeños están en la etapa egocéntrica por lo que se les hace difícil ponerse en el lugar del otro, sobre todo en sus sentimientos. Ayudarlos a pensar con preguntas como: “¿cómo crees que se sintió tu amigo cuando le pegaste?”, “te gustaría que otro niño te quitara tu juguete”, “¿qué has sentido cuándo otra persona te grita”?.

¿Qué se puede hacer en estas situaciones?

1.Mantener la calma: Es muy importante mantener la calma, ya que los niños imitan las conductas y acciones que ven. Si cuando te enojas con él le gritas o lo insultas, será lo que él haga cuando se sienta enojado. Por el contrario, se les puede demostrar que hablando y diciendo lo que sentimos el enojo desaparece.

2. Observar a tu hijo y pensar qué le puede estar pasando: tener en cuenta si es que está enfermo, si tiene hambre o cansado, ya que esto hará que esté más irritable. Su enojo puede verse agravado por algún factor ambiental, preocupación o cambio en su entorno.

3. Hablar con tu hijo sobre el porqué de su enojo: una vez que se ha calmado, se recomienda preguntarle por qué se enojó, cuál fue el problema. Si no sabe o no quiere contar, uno puede decirle lo que cree que provocó su enojo, de modo que él pueda decir si es correcto o no (darle varias alternativas y siempre como hipótesis, no como la verdad). Así le estaremos enseñando a reflexionar y a poner en orden sus pensamientos. Ayudarle a encontrar posibles soluciones frente a lo que desencadenó el enojo, de modo que si la situación vuelve a ocurrir, tenga alternativas a la mano para reaccionar sin agresión.

4. Tener normas claras: Muchas veces la causa del enojo del niño es cuando se le pone algún límite. Por esto, ayuda bastante si él tiene claras las normas de la casa y colegio en cuanto a lo que se espera de él y sus consecuencias.

¿Cómo puedo enseñarle a mi hijo a reaccionar frente al enojo?

-Insistir en que use sus palabras para expresar lo que quiere, en vez de los gritos y golpes. Por ejemplo: “deja de molestarme”, “no me gusta que me quites mis cosas”, “deja de tratarme así”. De este modo, no será necesario que recurra a los golpes si conoce frases para decirle al otro lo que le molesta.

-Se le puede decir que cuando se sienta muy enojado se vaya a un lugar tranquilo y se tome un descanso. Esto significa alejarse del lugar donde está la rabia para calmarse y pensar con más claridad. También puede hacer algunas actividades que lo ayuden a calmarse como irse a su pieza, leer un libro, dar botes a una pelota, respirar y contar hasta 10. En el colegio se le puede decir que puede ir tomar agua o dibujar algo que le guste. Se le puede pedir al niño que dé otras ideas de acciones que él cree que lo ayudarían a calmarse.

-Ayudarle a tener “pensamientos fríos” cuando se enoja: estos son frases que nos decimos a nosotros mismos cuando estamos enojados y nos ayudan a sentirnos mejor y a calmarnos. Por ejemplo: “Cálmate, todo va a salir bien”, “no vale la pena enojarme por cualquier cosa”, “puedo solucionarlo”.

-Se le puede enseñar métodos para calmarse como la respiración (inspirar y espirar) y se le puede decir que mientras lo hace se imagine algo que le guste, como su olor favorito, que se estire, que aprete algo blando como una almohada o que cruce sus brazos sobre su pecho y que de golpes suaves con su mano izquierda sobre el hombro derecho y después con su mano derecha sobre su hombro izquierdo. Al dar los golpes ir contando hasta llegar hasta 100. Se recomienda enseñar a los niños estas técnicas cuando no están enojados para que las puedan entender bien y practicar.

Para más información sobre estrategias para enseñarles a los niños a expresar su rabia adaptativamente, recomendamos el libro “Qué puedo hacer cuando estallo por cualquier cosa” de Dawn Huebner (Ed. Tea).

Si luego de poner en práctica todas estas estrategias el niño continúa enojándose con rabia y descontrol, sobre reaccionando a las situaciones, se recomienda consultar con una psicóloga infantil, de modo de evaluar y detectar por qué está teniendo esas conductas (especialmente si aparecen de un momento a otro).

Ps. M. Francisca Soto T.