QUÉ HACER CUANDO NUESTROS HIJOS TIENEN UN MAL RENDIMIENTO

Ya comenzó el segundo semestre del año, y ya hemos recibido el informe de notas del primer semestre, lo cual puede ser una muy grata noticia para algunos padres, pero para otros puede ser muy frustrante. Los colegios en general son cada vez más exigentes, mandan incluso tareas para las vacaciones y desde más pequeños exigen que se logren ciertas funciones del desarrollo neurológico en etapas que aun no todos los niños pueden lograr. Por ejemplo, no porque la mayoría de los niños logra concentrarse y trabajar focalizado durante una hora escolar, significa que todos debieran lograr lo mismo. Hay niños que tardan un poco más de tiempo y es perfectamente normal. El desarrollo no necesariamente se da en forma sincrónica en todas las áreas o habilidades. Sin embargo, muchos de los casos de niños escolares con bajo rendimiento, pese a los esfuerzos del niño, la profesora y los padres en apoyarlos, no se ven avances. Es una realidad muy frustrante, ya que el niño(a) se ve afectado en su autoestima, sintiéndose incapaz o diferente respecto a sus compañeros. Después comienza una desmotivación hacia las asignaturas que más le cuestan, generando conflicto con los profesores y/o con los padres que no logran incentivarlos a trabajar y avanzar. Esto perpetúa un círculo vicioso que impacta negativamente en sus notas, y finalmente en el bienestar de la familia. Sabemos que tampoco se trata de sobre exigirlos, ni darle tanta importancia a las notas como resultado de sus conocimientos, pero debemos estar alertas si es que vemos que nuestros hijos no avanzan en sus aprendizajes pese a los esfuerzos de todos aquellos que los apoyan.

Nosotros les recomendamos como primer paso, es mantener una actitud de colaboración con el colegio, para buscar posibles soluciones al problema. Es frecuente ver que los padres culpan al profesor, a las exigencias escolares de los tiempos modernos, al sistema educacional, a la falta de inclusión, etc. Por lo tanto, lo primordial es partir de la base que aunque pueda estar en lo cierto, quedarse en la queja no ayudará a su hijo a adaptarse mejor, y que frente a esas inquietudes, es mejor tenerlo en un colegio con un Proyecto Educativo acorde a lo que Ud. quiere inculcar a sus hijos. O si ve que ocurre alguna práctica escolar el cual Ud. no esta de acuerdo, usar los canales de comunicación que el colegio brinda para ello. Habiendo aclarado ese punto, sugerimos mantener una relación amistosa, de comunicación abierta y en colaboración con la profesora. Así podrán aunar esfuerzos para ayudar a su hijo, y sabrá que la profesora también desea lo mismo.

Para poder brindar el apoyo necesario es importante conocer la causa de su bajo rendimiento. El abordaje es muy distinto si se trata de un trastorno de aprendizaje, de un trastorno por déficit atencional, de falta de hábitos de estudio, por depresión, por ansiedad en las pruebas, por una crisis familiar reciente que ha afectado al niño, porque no se esfuerza lo suficiente, porque no le gusta ir al colegio, etc. Como ven, son muchas las causas que pueden impactar en el rendimiento escolar de los niños, y las mencionadas son solo algunos ejemplos. Para conocerlas, recomendamos hacer una evaluación psicológica que incluya aspectos cognitivos (capacidades ejecutivas, de lenguaje, de atención, etc.) y emocionales (el estado emocional, la disposición y la motivación tiene un impacto importante en el aprendizaje). También puede evaluar cómo están los hábitos de estudio, ya es frecuente ver qué los niños estudian, pero no de una manera efectiva. Por ejemplo, solo leen varias veces los contenidos en vez de hacer diagramas, resúmenes, pedir que los interroguen, entre otras estrategias, lo cual se ha estudiado que mejora la consolidación de la memoria. Tampoco es lo mismo estudiar en la cama con la televisión prendida, que en un lugar propicio, sin distractores.

Una vez entendida la causa o lo que genera el problema, recomendamos buscar ayuda, que puede ser desde apoyarlo más en las tareas, hasta tratamiento psicopedagógico, psicológico y psiquiátrico. Solicite estrategias que sean efectivas a los profesionales y pida que se contacten con el colegio. Se observan mejores resultados cuando los especialistas mantienen una relación activa con el colegio y la familia.

Cabe mencionar que solemos ver algunas prácticas que invitamos a evitar a toda costa. No critique a su hijo si ve que se esfuerza y no logra los resultados que espera. No lo descalifique, ni culpe, ya que estará generando un daño emocional y no solucionará el problema. Tampoco critique a la profesora frente a su hijo. Traten de mostrar afecto, apoyo, contención y busque implementar acciones que lo ayuden. Tampoco contrate inmediatamente un profesor particular, una psicopedagoga y asista al psicólogo, sin haber hecho una evaluación previa de lo que necesita su hijo con el profesional indicado para salir del problema.