PAPÁS MINDFUL: CÓMO MANTENER LA CALMA DURANTE LAS PATALETAS

Las pataletas en niños pequeños son comunes y requieren de distintas estrategias de manejo para que no quiebren la relación con los padres y mantengan un ambiente tranquilo en la casa. Una de las grandes estrategias que indican los expertos en Parentalidad e investigaciones en crianza, tiene que ver con mantener la calma, y no escalar en la emoción del niño. No obstante; ¿cómo poder lograr la calma cuando hay llantos, gritos y amenazas de los pequeños? Es aquí cuando es necesario contar con ciertas herramientas que nos ayuden a buscar un momento de calma para cada integrante de la familia y tener prácticas MINDFUL, ya que no sólo generan beneficios para abordar mejor la situación, sino que también entregan modelos de autorregulación emocional.

La primera de ellas es entender que las pataletas son esperables durante la primera etapa de la infancia, ya que aún se está desarrollando el área superior del cerebro, es decir la corteza prefrontal, la cual permite procesar una experiencia e integrarla emocionalmente de manera adecuada. Incluso nosotros los adultos cuando nos enfrentamos a una situación emocional muy difícil, tenemos esta área del cerebro detenida, por lo tanto es muy difícil que ingrese nueva información y que reflexionemos. Desde ahí actúa nuestro cerebro más primitivo, de sobrevivencia: el sistema límbico. Es por ello que es importante saber que las pataletas son una tremenda oportunidad para ayudar a los niños en momentos en que se encuentran muy vulnerables, y que en esos minutos necesitan sentirse vistos en su emoción, seguros y calmados. Tal como mencionamos anteriormente, es la forma en cómo manejamos esos momentos los cuales determinan la calidad de la relación y no necesariamente la ausencia de rabietas. Además, las pataletas son un momento en donde podemos modelar a nuestros hijos en cómo podemos manejar emociones fuertes. Durante una pataleta, la calma del padre en sí misma, ayuda al otro a saber que está en un lugar seguro y predecible y por lo tanto, también de calma. Luego pueden trabajar juntos en encontrar una solución a su problema sin gritos llantos ni patadas. Además, es la oportunidad en donde le pueden entregar vocabulario emocional para expresarse.

La segunda de ellas, no es fácil porque requiere la construcción de un hábito, un momento MINDFUL.  Uno de los momentos Mindful es aquel en donde nos detenemos a sentarnos, cerramos los ojos y respiramos. No es fácil porque requiere ser ejercitado como cualquier músculo y por ende requiere de entrenamiento. Lo interesante es que las investigaciones han demostrado que no se necesita de una meditación prolongada para generar efectos, sino que tan sólo comenzando con tres o cinco minutos, ya puedes generar el efecto deseado en el cerebro y en el cuerpo. Una vez que este músculo, ha sido ejercitado, es una herramienta tremendamente valiosa para ser utilizada en momentos de caos. Del mismo modo, al pedirles a los niños que busquen su momento de calma, también nos podemos automandar a ese momento: “Mamá, necesita su momento de calma para poder ayudarte con ese enojo… dame algunos minutos y regreso”. Lo más probable es que los llantos aumenten, pero sin duda le estás entregando una buena pauta para evitar gritos y amenazas a tu hijo. Obviamente cuidando siempre que el niño no esté en peligro.

La tercera de ellas, tiene que ver con la autocompasión. Cada vez más nos encontramos con padres culposos y sobrexigidos en la tarea de ser padres. No obstante, en las últimas investigaciones de Parentalidad uno de los temas más explorados se relaciona con esta área y la necesidad de ajustar expectativas y ser padres lo suficientemente buenos en base a lo que nuestros hijos necesitan. Van existir momentos difíciles y hay veces en que no vamos a poder actuar de la mejor manera posible. Ser padres Mindful implica poder reconocer y aceptar la emoción que se está sintiendo.  Sentir enojo porque después de un día de mucho trabajo tu hijo no quiere bañarse o ponerse el pijama, está bien, acéptalo. Los programas de Parentalidad, dan cuenta que los padres no son perfectos y que pueden cometer errores, lo importante es que estos errores no sean la pauta de todos los días y que los padres se den cuenta de que los gritos, amenazas e incluso golpes no ayudan a que los niños puedan resolver sus conflictos ni mucho menos ayudan a la relación.  Creemos que la autocompasión también tiene que ver con reconocer las propias necesidades, y la importancia de tener un espacio propio ya sea con alguna actividad  de interés o incluso un momento a solas.

Esperamos que sean de ayuda las prácticas que les entregamos anteriormente. En caso de que quieran profundizar esta línea, pueden leer a Michelle Gale autora del libro: “ Mindul Parenting in a Messy World”,  Dan  Siegel con sus libros: “ El cerebro del Niño”, “Disciplina Sin Lágrimas” o  su próximo libro “  The Yes Brain”.  Finalmente también pueden visitar la página www. Happilyfamily.com  de Jason and Cecilia Hilkey, en donde reúnen las últimas investigaciones acerca de crianza y la difícil tarea de ser padres.

Ps. Mariana Elgueta A.