MI HIJO NO QUIERE IR AL COLEGIO

El colegio es crucial para el desarrollo de los niños porque entrega conocimientos y valores, pero también es un escenario donde se pone a prueba la capacidad de enfrentamiento y de resolución de conflictos en múltiples niveles.

En ocasiones, y sin mayores explicaciones, puede ocurrir que un hijo se niegue a asistir al colegio, lo que hará surgir inevitablemente la pregunta “¿qué hacer?”. La preocupación debe existir cuando esta situación se vuelva constante y las medidas aplicadas sean insuficientes.

El rechazo escolar existe cuando estamos expuestos frente a la aparición de un comportamiento caracterizado por una negativa persistente para asistir al colegio, presentándose dificultades para mantenerse en éste, que puede o no asociarse con la negación a realizar las tareas, estudiar y hacer trabajos (en el colegio o en la casa), aún cuando los padres y/o familia hayan intentado que el niño o adolescente concurra a clases.

Esta dificultad para asistir al colegio puede tener diferentes orígenes y requiere de una evaluación profesional para descartar principalmente situaciones de matonaje escolar o síntomas emocionales, como ansiedad y depresión, entre otras causas.

Muchas veces el rechazo para acudir al colegio se inicia de manera encubierta, por ejemplo en forma de tardanzas, y/o con síntomas somáticos o físicos, como dolor abdominal, dolor de cabeza, náuseas u otros. Debe ser diferenciado de las inasistencias por la presencia de alguna enfermedad crónica que impida al niño asistir a clases por indicación médica o la inasistencia por hacer la cimarra que si bien no es esperable, puede ser una conducta excepcional.

Para comprender por qué se puede producir rechazo escolar, a continuación se explicarán algunas causas:

1) La ansiedad de rendimiento: En este grupo se encuentran los niños con dificultades de aprendizaje, dificultades académicas y bajas notas, lo que hace que puedan presentar estrés frente a evaluaciones y vergüenza a ser evaluados negativamente. A veces puede darse el caso de que el rendimiento académico del niño sea excelente, pero que el niño sea muy auto exigente y ansioso, presentando alta ansiedad de rendimiento por temor al fracaso. El alto nivel de frustración frente al aprendizaje y al rendimiento los lleva a evitar todo tipo de actividad académica o estímulo relacionado con el colegio, ya que les produce efectos negativos o ansiedad.

2) La fobia social: Este grupo de niños presenta evitación de situaciones sociales que les son aversivas. Son niños introvertidos, tímidos, con bajas habilidades sociales, o en algunos casos, no necesariamente tímidos, pero que han tenido dificultades en la integración con grupos. Lo anterior ha hecho que manifiesten síntomas fóbicos al enfrentarse a sus pares, así como también al realizar exposiciones orales o participar de actividades escolares que exijan mayores grados de exposición social, como interrogatorios, participación de clases de teatro, o cualquier tipo de situación social en la que exista el riesgo de ser evaluados negativamente.

3) Los trastornos emocionales: Es un grupo que presenta una búsqueda de atención constante, lo que se ha observado en casos de depresión o trastornos ansiosos, como la ansiedad de separación o el trastorno de ansiedad generalizada. Suele manifestarse inicialmente con quejas somáticas y reacciones de miedo al momento de ir al colegio, incluso con llanto intenso, o problemas para conciliar el sueño el día previo. En este grupo hay que descartar la presencia de conflictos familiares que estén afectando al niño, u otros tipos de estresores que le estén provocando malestar emocional.

4) Los problemas conductuales: En estos casos el rechazo escolar se instala progresivamente, debido a la existencia de refuerzos concretos para el niño o adolescente para quedarse en la casa, como el tiempo dedicado a la televisión, a los videojuegos, comunicaciones en línea, actividad en internet y otras recompensas de las cuales puede gozar. Se suele iniciar con tardanzas, luego inasistencias, hasta finalmente la negativa persistente para asistir al colegio. En este grupo hay que descartar la adicción a los videojuegos y trastornos conductuales en los cuales aparecen síntomas oposicionistas y desafiantes, los cuales se asocian a alto riesgo de deserción escolar. Suele verse dificultad para establecer límites en las familias, o conductas reforzantes, como la sobreprotección y baja promoción de la autonomía.

En los adolescentes hay que tener especial observación de comportamientos sospechosos, tales como el ensimismamiento, empeoramiento significativo de las relaciones familiares, cambio en el grupo de amistades, incumplimientos de horarios establecidos, cimarras, oposicionismo e irritabilidad marcados. Se sugiere descartar el consumo de drogas y juntas problemáticas.

El rechazo escolar se considera una urgencia en psiquiatría y psicología infanto juvenil , ya que a mayor tiempo de evolución de las inasistencias, mayor será la dificultad para revertir este comportamiento, aumentando el riesgo de repitencia, fracaso y deserción escolar.

El tipo de tratamiento va a depender de la evaluación caso a caso, existiendo distintas modalidades de intervención, de acuerdo al criterio del especialista. El pronóstico va a depender de la precocidad de la detección, de la intervención y de la complejidad de cada cuadro.

Dra. Javiera Mayor

Psiquiatra Infanto Juvenil