Es un problema relacional en el que existe la intención de hacer daño a otro, donde se usa intencionalmente la violencia, que puede ser utilizada de modo directo o indirecto (mandar a otros a realizar la violencia). En esta relación existe asimetría o desbalance de poder que se puede dar por superioridad física, superioridad de edad, superioridad social (ser más popular o tener más amigos) e incluso de superioridad en la red de contactos al interior del colegio.
Para que sea considerado bullying y no un conflicto entre compañeros, debe ocurrir de un modo repetido en el tiempo produciéndose un círculo de victimización en donde el agresor va adquiriendo cada vez más poder y en algunos casos popularidad, y la víctima se siente cada vez más desamparada.
En Chile existen investigaciones que muestran algunas estadísticas sobre el bullying. La encuesta nacional de violencia escolar, que realizó el ministerio del Interior de Chile en el año 2007, indicó que el 10,7% de los estudiantes dice haber sufrido bullying.
Una encuesta mundial que realizó la OMS sobre violencia y salud de estudiantes de entre 13 y 15 años, en la cual participó Chile, indicó que un 42% de las mujeres y un 50% de los hombres reportaba haber sufrido bullying el último mes.
¿Cuáles son los medios para realizar bullying?
El bullying puede realizarse por medio de violencia física (golpes, empujones, robos), violencia verbal (insultos, amenazas), violencia relacional o indirecta (exclusión social y rumores) y violencia digital o ciberbullying (agresiones en la web, por celulares, etc).
¿Quiénes participan?
Víctimas: Son percibidas como niños inseguros, poco asertivos, físicamente más débiles, con pocas habilidades sociales y con pocos amigos. Como consecuencia del bullying, presentan ansiedad, depresión, deseo de no ir a clases con ausentismo escolar y deterioro en el rendimiento académico. Presentan más problemas de salud, dos a cuatro veces más que sus pares no victimizados. Si la victimización se prolonga, puede aparecer ideación suicida. Esto se ve aumentado por el aumento de poder del agresor y el desamparo que siente la víctima, con la creencia de ser merecedora de lo que le ocurre, produciéndose un círculo vicioso, difícil de revertir.
Las consecuencias en la víctima del bullying pueden ser tanto físicas como psicológicas y en muchos casos, pueden ser permanentes en el tiempo. Algunas investigaciones refieren desde daño físico como moretones, hasta severas consecuencias en la salud mental a futuro, como depresiones severas, trastornos de ansiedad y/o estrés post traumático, e incluso el suicidio.
Agresores:Son físicamente más fuertes que sus pares, dominantes, impulsivos, no siguen reglas, baja tolerancia a la frustración, desafiantes ante la autoridad, buena autoestima, tienen actitud positiva hacia la violencia, esperan crear conflictos donde no los hay, no empatizan con el dolor de la víctima, ni se arrepienten de sus actos. Como consecuencia de su conducta, adquieren un patrón para relacionarse con sus pares, consiguiendo sus objetivos con éxito, aumentando su status dentro del grupo que los refuerza. Al persistir, caen en otros desajustes sociales como vandalismo, mal rendimiento académico, uso de alcohol, porte de armas y robos.
Testigos:Son los espectadores del agresor. El agresor se ve estimulado o inhibido por ellos. También pueden ser testigos los profesores y personal del colegio. Las consecuencias para los testigos son el valorar como respetable la agresión, el desensibilizarse ante el sufrimiento de otras personas y el reforzar el individualismo.
¿Cómo pueden reaccionar los padres frente al bullying?
Su hijo es víctima de bullying:
– No sobrereaccione, sí debe preocuparse, pero no de una manera exagerada (enojado o nervioso), ya que podría inhibir a su hijo a que contara nuevamente si es agredido o si tiene otro problema.
-Escúchelo sin interrumpirlo, permítale que se desahogue para así obtener la mayor información posible.
-Es importante agradecer la confianza a su hijo por haberle contado lo que le sucedió. Es muy positivo que establezcan un canal de comunicación y confianza, de modo que su hijo se sienta cómodo en contar lo que le sucede, tanto cosas positivas como negativas.
-Dígale que es inaceptable lo que ha pasado, que él no es culpable de la situación y que van a buscar la forma de solucionarlo.
-Si la situación sigue repitiéndose en el tiempo, lo mejor es comunicarse con el colegio para ver qué se está haciendo y si es que hay algún plan de acción.
-Practique junto con su hijo estrategias de enfrentamiento, tales como role playing (practicando respuestas asertivas), o técnicas que puedan serle útiles en ese momento:
ü Le puede decir a su hijo: “Ignóralo, haz como que no lo has oído.”
ü Convertir alguno de los comentarios del agresor en un chiste.
ü Buscar un sitio donde haya un adulto y quedarse ahí.
ü Contarle a un adulto, no es acusar, es pedir ayuda cuando de verdad se necesita.
-No estimular a que sea agresivo o responda de manera agresiva, ya que empeoraría la situación.
-Los niños necesitan un plan claro que los mantenga a salvo en caso de que sean intimidados.
Su hijo es agresor:
Para muchos padres es difícil reconocer algo negativo en la conducta de sus hijos, por eso es muy importante, cuando se detecta el caso, trabajar directamente con el colegio para resolver este problema. Lo que jamás deben hacer los padres de un niño con esas dificultades es usar la violencia para reparar el problema, ya que los niños repiten los modelos de conducta.
Algunas sugerencias:
-Investigue por qué agrede. Hable con sus profesores, pida ayuda y escuche lo que tengan que decir sobre él. No actuar de modo defensivo.
-Establezca en conjunto con el colegio medidas, para que existan consecuencias tanto en el colegio como en la casa por su comportamiento.
-Conozca más a sus amistades y observe qué actividades realizan juntos.
-Establezca un canal de comunicación y confianza con su hijo. Permítale que se sienta escuchado.
-Ayude a canalizar la conducta agresiva de su hijo hacia algún deporte de competición u actividad que sea de su interés.
-Hágale saber a su hijo que las conductas agresivas no son permitidas por la familia.
-Deje claro las consecuencias que tendría el continuar con conductas agresivas.
-Enséñele buenas conductas a través de su ejemplo.
-No ignore la situación, esto sólo hará que el problema crezca cada día más.
-Ayude al niño a que manifieste sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.
-Demuéstrele que lo sigue amando tanto o más que antes, pero que desaprueba su comportamiento.
-Anímelo a que reconozca su error y pida perdón. Elogie sus buenas acciones y destaque lo positivo.
Su hijo es espectador de alguna situación de bullying:
Los niños que no son parte directamente de la situación, pero si la observan, también pasan a ser participantes de ésta. Es importante que los padres expliquen esto a sus hijos, y el cómo ellos al observar pueden permitir que siga sucediendo o detener el conflicto.
Algunas sugerencias:
-Sensibilice a su hijo frente a la agresión, demuéstrele que al observarla es parte de ésta, y que puede hacer algo para que esto no suceda más.
-Muéstrele el daño de “no hacer nada” (por ejemplo con metáforas como: “Viste que asaltaron a tu vecino y no llamaste a la policía”).
-Demuéstrele que él puede “romper el silencio” si la situación no es conocida por otros adultos, ya que en ciertas ocasiones el niño que es agredido no se atreve a contar su situación por temor o vergüenza.
-Pídale que no refuerce al agresor (con risas, burlas), que lo alienten a seguir con esa conducta.
Los testigos tienen varias opciones para ayudar al niño que está siendo agredido como:
-“Rescatar” al niño que está siendo acosado (“ven con nosotros”, “te necesitamos en nuestro juego”, diciéndoselo al niño al tiempo que es tomado del brazo y alejado de sus acosadores).
-Decirle a un adulto.
-Inventar un plan que resuelva el problema.
-Ser amable con la persona que está siendo acosada
Lo que no deben hacer los padres:
-Amenazar al agresor de su hijo fuera o dentro del colegio.
-Motivar a que su hijo se defienda con golpes.
-Decir frases tales como “no te dejes pegar” o “tienes que ser más fuerte”, ya que esa presión produce el efecto contrario en los niños, haciéndolos sentir más débiles.
-Sobreproteger al niño agredido y alejarlo de situaciones conflictivas, permitiéndole faltar a clases, ofrecerle cambiarlo de colegio o curso de manera precipitada ya que esto sólo aumentará el problema cuando regrese y hará que se sienta más inseguro.
-No darle importancia al problema, negar que esté sucediendo.
Ps. M. Francisca Soto
Bibliografía:
1. Trautmann, A. Maltrato entre pares o “bullying”. Una visión actual http://www.scielo.cl/pdf/rcp/v79n1/art02.pdf
2. Magendzo,A, Legüe, P y Madriaza, P. Bullying en la escuela. www.educarchile.cl
3. Scott, M.. Estrategia educativa para la prevención del bullying en la escuela, en base a la propuesta SEAL de Gran Bretaña. www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=205186