CÓMO SE DESARROLLAN E INCENTIVAN LOS HÁBITOS DE ESTUDIOS EN NUESTROS HIJOS

Desarrollar hábitos de estudio en los hijos no es una tarea sencilla, y por ello mucho de los padres nos preguntan: ¿Cómo logramos que nuestros hijos estudien y suban sus notas? Es una pregunta frecuente y relevante, sobre todo en esta época del año, en donde ya podemos observar cómo ha sido el rendimiento de nuestros hijos durante el primer semestre y si será necesario mejorarlo. Un bajo rendimiento académico puede estar provocado por la falta de motivación, sensación de ineficacia, desmoralización (los intentos de tener un buen rendimiento han fracasado), y pueden generar un bajo autoconcepto académico, estrés, discusiones familiares, ansiedad y tristeza. Incluso se ha estudiado que los niños que no se sienten capaces en lo académico, tienen dificultades a la hora de elegir una carrera y les afecta en la toma de decisiones posteriores de la adultez. Por lo tanto, en el presente boletín, les entregaremos algunas herramientas para desarrollar hábitos de estudio en sus hijos.

¿Por qué hablamos de hábitos de estudios? La razón es simple, el tener una rutina y organización periódica permite reducir el estrés y el fracaso académico, y además tiene una alta incidencia en los factores que favorecen un buen rendimiento escolar. Por ello, es clave la repetición del acto de estudiar, realizado bajo condiciones ambientales, de espacio, de tiempo y características iguales. Para lograr esta hazaña es importante observar cómo se encuentran estas variables presentadas a continuación e incentivarlas si no se están llevando a cabo adecuadamente.

1. Actitud ante el estudio: es clave que haya una actitud positiva, en donde se sientan capaces, optimistas y tranquilos frente a la idea de estudiar. Tiene que tener un sentido. Por lo tanto se sugiere conversar con sus hijos este tema y combatir los obstáculos que están interfiriendo en sus actitudes.

2. Ambiente externo: el tener un escritorio, un lugar luminoso y tranquilo, fuera del alcance de las distracciones provocadas por los hermanos u otros elementos, es tremendamente importante. Es frecuente que los niños estudien con la televisión y computador prendido, conectados a redes sociales, lo cual solo contribuye a que el estudio sea ineficiente y a la larga más agotador.

3. Organización del tiempo: Muy crucial es la capacidad de planificación del tiempo. Los colegios tienen una carga académica cada vez más exigente, en donde la única manera de salir adelante es con una rigurosa y efectiva planificación del tiempo. Ojalá no sean tan ambiciosas, ya que no lograr cumplirla puede generar desmotivación y estrés. Siempre calcular tiempos breves de descanso al menos cada 45 minutos. Pueden hacer planificaciones diarias, semanales y mensuales, pegándolas en el muro del lugar de estudio.

4. Método Activo: Esto quiere decir aprender a tener un procedimiento de estudio en donde los niños procesen y se apropien lo más posible de los contenidos. Tiene que ver con no sólo leer y repetir, sino comprender, esquematizar, presentar, resumir y luego memorizar. Posteriormente, pedir ser interrogado o hacerse preguntas a sí mismo, para después repasar los contenidos que se requieran. Enséñeles también a preguntar todas las dudas y preguntas que tengan.

5. Concentración: Observe cómo está la concentración de su hijo, si efectivamente logra al menos estar 30 minutos concentrado estudiando, pues la capacidad de atención sostenida es un requisito para poder aprovechar nuestro potencial de aprendizaje. Si notas que esto es un problema para tu hijo no dudes en consultar a un especialista.

6. Aprovechamiento de la clase: Se ha estudiado que los niños que logran aprovechar la clase, poniendo atención y participando activamente les resulta más fácil procesar y memorizar los contenidos, ya que habrán incorporado una fase previa al estudio mismo, entonces cuando estudien recordarán con mayor facilidad lo aprendido.

Si ves que tu hijo(a) presenta dificultades académicas, pese a que ya tiene hábitos de estudio, consulta a un especialista, debido a que una baja importante en el rendimiento escolar sin mayor explicación, puede obedecer a factores emocionales que estén afectando el ánimo, la concentración, la motivación y la memoria.